viernes, 24 de agosto de 2007

Todo lo bueno se acaba...

Todo lo bueno se acaba... pero porque algo nuevo comienza.
Muy a pesar nuestro hemos tenemos que hacer un largo paréntesis a este inolvidable viaje. Digo paréntesis porque tenemos claro una cosa, volveremos. Nuestras espectativas eran buenas, pero nunca imaginamos que nos íbamos a llevar tantos lindos recuerdos de Sudamérica. Desde la Patagonia argentina hasta el mismísimo Amazonas, con sus pirañas. Del canal de Panamá a Cuba. Del fin del mundo al Machupichu. De la bombonera al Maracaná. Todo pasando por 10 maravillosos países y conociendo gente y culturas extraordinarias. La verdad es que hemos vivido momentos mágicos durante estos 7 meses gracias sobretodo a la gente que hemos conocido. No sabríamos por donde empezar a la hora de agradecer a toda esta gente tan maravillosa que ha hecho posible este viaje. Más que complementar el viaje, estamos convencidos de que lo han fabricado día a día. Ya sea con su compañía o con sus mensajes de apoyo a través de este blog. Vosotros sois los auténticos creadores de todo esto. Gracias a vosotros nos llevamos infinidad de recuerdos que nunca jamás olvidaremos.
Gracias a Marina, Juan, Adriana, David, Elsa y familiares, de Buenos Aires, a Joe de Australia, a Carlos, Andrea, Ronald y Susana de Uruguay, a Ángel y Alicia de Montermoso, a Cinta y Pepe de Alicante, a Víctor y Rosita de Chile, a Bruno y sus abuelitos, Michael, Don Rodrigo, Gilda y Mirta de Perú, Maruxa (la galaico-catalana), Michel, André y Cristiano de Brasil y, como no, a nuestros queridos amigos catalanes que hicieron muy divertida nuestra última parte del viaje, Quim, Rubén y Jordi. A algunos de vosotros os vemos día a día, al resto esperamos veros muy pronto. Las promesas se cumplen, no?
Gracias también a todos aquellos que día a día siguieron nuestras aventuras por internet y compartieron horas y horas de messenger. Gracias por gastar vuestro tiempo con nosotros.
Hasta la próxima se despiden,
Rudi y Cristina.

sábado, 18 de agosto de 2007

Varadero, sobran detalles!


Nos quedaban 3 días de viaje y se nos ocurrió quemar todo lo que nos quedaba dándonos un lujazo. Nos vamos a Varadero, dijimos todos!

Siempre decíamos que no nos gustaba mucho perder el tiempo en un hotel disfrutando únicamente de la piscina y de la playa. Pues cambiamos de opinión muy rápido cuando vimos que la playa era mejor que la piscina y que gracias a una pulserita insignificante que te ponían en la muñeca podías disfrutar de todo, a tu antojo, en el hotel. Estamos hablando de ir al bar y pedir lo que uno quiera y cuando quiera, jejeje!!!! A quien no le gusta eso? Nosotros pensamos lo mismo y decidimos aprovecharlo a tope. Creemos que con nosotros no le salió a cuenta el negocio al hotel. Jordi dejó al bar sin cerveza y el resto lo atracamos a base de cócteles. Porque solo estábamos dos días, que sino creo que nos echan de allí seguro. Para variar, se nos fue la mano y entre el bar y el sol acabaron con nosotros. Vaya cuatro gambas coloradas. La verdad es que la playa es la más bonita que nunca habíamos visto. Igual que una piscina pero gigante. Sobran los detalles!!

Al volver a La Habana Jordi se fue al aeropuerto porque para él era su último día. Nos dio mucha pena despedirnos, aunque sabíamos que nos íbamos a ver tres días después en Mataró, no queríamos separarnos.

El resto de la tropa nos alojamos en casa de Momy, un contacto que nos proporcionó nuestra querida amiga peruana Gilda. Gracias Gilda!!

En su casa estuvimos muy cómodos desde el principio. Incluso nos invito a cenar Langosta. Eso si que fue un buen recibimiento y no el del aeropuerto! Con ella compartimos ratos agradables y nos enteramos, para nuestra gran sorpresa, que el padrino de su boda fu el mismísimo Che Guevara. Si si, el mismo. Íntimo amigo de su familia, había compartido muchas comidas con ellos en su casa. Enseguida nos dimos cuenta de que Ernesto fue una persona muy querida para mucha gente.

El último día lo dedicamos a hacer pequeñas compras y preparar la vuelta a casa.

Y llegó el día de la vuelta a casa.
Todos pensábamos lo qué íbamos a hacer al llegar a casa, pero ninguno pensaba que el avión se iba a ir sin nosotros 4 horas antes de lo previsto y sin previo aviso. Pues desgraciadamente fue lo que pasó. La muy ilustrada compañía Air Europa decidió cambiar el horario del vuelo y sencillamente... se fue! La verdad es que no nos hizo mucha gracia y nuestras caras lo reflejaban perfectamente. Pero se puso la cosa cuando vimos que todas las oficinas de dicha compañía estaban cerradas y que nadie en el aeropuerto nos podía solucionar el problema. Vaya tela!!
Suerte que somos espavilados y mediante un número 902 español pudimos conseguir que desde España se nos pagara otro billete para volar con otra compañía dos horas más tarde. Suerte de eso, porque el susto fue de los buenos. Después de 7 meses no nos creíamos lo que nos estaba pasando.

viernes, 17 de agosto de 2007

Última parada: Cuba!




Por fin Cuba!


Eso pensábamos todos al llegar al aeropuerto de la Habana. Lo que no pensábamos ninguno de nosotros es que a Cristina le iban a perder la maleta y al resto nos iban a tener más de dos horas registrándonos las maletas a espensas de encontrar posibles drogas!!!! Vaya recibimiento el cubano. Eso si que es empezar con buen pie y lo demás son tonterías. Claro, deberían pensar los policías con sus perros husmeando nuestras mochilas, estos seguro que llevan droga. Y... ala! A abrir todas y cada una de las mochilas hasta el último bolsillo. De todas maneras no lo pasamos tan mal, ya que igualmente teníamos que esperar unas dos horas allí a que le trajeran la maleta a Cristina desde Panamá. En fin, ya se notaba que era el final del viaje y algo tenía que pasar!

Una vez resuelto el pequeño percance, nos dirigimos a buscar desesperadamente... unos mojitos y también alojamiento, en el corazón de La Habana Vieja. Y la verdad es que vieja lo es y un rato largo. La mitad de las casas tienen más de cien años y se aguantan por los pelos, el resto simplemente... se caen a trozos. Lo mismo con los coches. Algunos de ellos auténticos clásicos de coleccionista. La verdad es que la cosa pintaba peor de lo que pensábamos todos.


Una vez instalados en una casa particular nos dispusimos a recorrer a pie el casco antiguo. Cierto es que sus calles están llenas de historia y paseando por ellas uno puede sentirla dentro de ti. También vimos el malecom, el Capitolio, la fábrica de puros, la heladería Coopelia y algún que otro mercado artesanal.

Sin duda alguna, Cuba no es un país cualquiera.

Después de nuestro primer día, bastante agotador, llamamos a nuestra inminente amiga Lourdes y su marido Óscar. No les conocíamos de nada pero, una vez más, fue coser y cantar. Nos saludamos como si fuéramos viejos amigos y después de intercambiar historietas nos fuimos a cenar al barrio Chino. Tuvimos la gran suerte de compartir velada con ellos y nos pusimos un poco al día de como va el país. La conclusión fue...aquí algo no va bien!! Guardaremos siempre un lindo recuerdo de ellos.

lunes, 13 de agosto de 2007

De Manaus a Panamá: el paraíso escondido.

Teatro de Manaus








Nuestra estancia en Manaus fue muy breve. Paseamos por el centro y visitamos el famoso e histórico Teatro. Realmente peculiar. El asfixiante y húmedo calor es constante en la zona y te despoja de todo deseo de hacer algo más que no sea refugiarte de los rayos solares.

La siguiente parada fue en Centro América, concretamente en Panamá. Es uno de aquellos países desconocidos para el gran público y un verdadero tesoro virgen para los que nos aventuramos a visitarlo.

Los primeros días los dedicamos a conocer la parte antigua: Panamá Viejo. No nos fascinó demasiado ya que las ruinas, no son lo nuestro. El Casco antiguo, donde instalaron todos los edificios públicos cuando los originarios, situados en el Panamá Viejo, fueron destruidos, nos pareció más interesante. El estilo colonial está presente en algunos de los pocos edificios que conservan en un estado aceptable. Las calles del casco antiguo no destacan por su buen estado, sino todo al contrario. Frecuente es encontrar fachadas descuidadas y prácticamente destruidas. La zona cuenta con diversas calles peatonales comerciales, donde se pueden encontrar verdaderas gangas.

Contrariamente, entre las dos zonas nombradas de Panamá, se encuentran grandes avenidas con altos edificios, los cuales forman un Skyline bastante interesante.

Al tercer día de estar en la ciudad, decidimos alquilar un coche para visitar el famoso Canal y desplazarnos hasta las playas del lado caribeño. Visitar el Canal estuvo interesante, pero más por su historia y funcionalidad, que por la estética del lugar.

Nos dirigimos a Portobello, lugar costero del cual nos habían hablado muy bien de sus playas. Nos alojamos en un hostal cercano, el cual tenía el mar Caribe a pocos metros. El paisaje de escándalo, totalmente jamaicano! Agua cálida color turquesa, grandes palmeras verdes en la arena, cabañas viejas pintadas de alegres colores, población de tez oscura... A pesar del tiempo lluvioso, pudimos disfrutar de lo lindo del paradisiaco rincón.

El poco tiempo del que disponíamos no nos permitió alargar nuestra estancia en el país. Allí nos despedimos de nuestro compañero Rubén. Él se dirigió a Perú y nosotros seguimos hacia Cuba.




lunes, 30 de julio de 2007

En pleno corazón amazónico




Muchas de las listas de diversos viajeros coinciden con destinos como la exótica Indonesia, la misteriosa India, el paradisiaco Caribe, la salvaje Amazonía... En las nuestras tampoco faltan. Esta vez nuestro destino ha sido al corazón de la selva Amazónica.

Sólo llegar a Manaus, capital del estado de Amazonas, nos dispusimos a buscar alojamiento y a organizar el resto de nuestra estancia en el lugar. Nos sorprendió la magnitud de la ciudad. Situada a orillas del río Amazonas, Manaus es importante, entre otras cosas, por su puerto que, en tiempos pasados, tenía gran actividad comercial, sobretodo con la exportación del caucho.

Al día siguiente, de madrugada, partimos hacia el mismo corazón de la selva a pasar un par de días. Horas de autocar y de lancha nos llevaron a unas pequeñas cabañas, hecha de cuatro palos y techos de hojas seca (sin paredes, claro está) donde nos íbamos a alojar esa noche. El lugar, apartado de la civilización, no disponía de luz, ni agua corriente...

Antes de comer nos adentramos en la espesa selva para avistar su flora y su fauna. "Cobra", nuestro guía, nos iba mostrando todo lo que se cruzaba en nuestro camino. Miles de olores y ruidos estuvieron presentes durante todo el tiempo y junto a lo que nuestros ojos captaban, nos íbamos empapando de todo lo que nos rodeaba.

Por la tarde, después de la agradecida siesta en las hamacas, fuimos a pescar pirañas en canoa. Cogimos las suficientes como para cenar los cinco esa noche!!! Lo curioso fue estar pescándolas a pocos metros de donde nos habíamos estado bañando horas antes. Toda una aventura!


Lo mejor fue de noche. Después de cenar, volvimos a subir a la canoa con nuestras linternas en la mano y paseamos por las proximidades para encontrar cocodrilos. Creo que ninguno de nosotros las tenía todas... En la canoa entraba agua y teníamos que ir achicándola constantemente. Sólo pensar en la posibilidad de caer allí, nos ponía la piel de gallina... Pudimos ver los ojos brillantes (gracias a la luz de las linternas) de dos cocodrilos!!! Uf! Realmente impresionante!


A las 5.30h. de la madrugada, después de una noche tormentosa, Cobra nos despertó para ir de nuevo al río, pero esta vez a observar los pájaros de la zona. Pudimos ver pájaros carpinteros, tucanes, loros gigantes... Después del desayunos volvimos a adentrarnos en la selva durante tres horas y bajo la lluvia. Esta vez encontramos tarántulas escondidas de la gran cantidad de agua que estaba cayendo. Nos quedamos con ganas de ver a los monos de la zona, pero valió la pena el paseo por el resto de cosas que vimos.

Antes de la vuelta a la ciudad, Cobra nos enseñó a hacer cerbatanas y nos las pudimos llevar a casa. Todo un maestro


Todos comentamos que la experiencia estuvo genial y que habría estado mejor alargar la estancia unos días más. Pero no disponíamos de tiempo ya que nuestro vuelo hasta Panamá para el día siguiente, ya estaba reservado.

jueves, 26 de julio de 2007

Del Caribe amazónico a Manaus






Después de nuestra increíble visita a Llençois, maravilla de la naturaleza, nos encaminamos hacia Santarem. Santarem es una pequeña ciudad situada en el río Amazonas, a medio camino entre Belem do Pará y Manaus.



Una vez aterrizado nuestro vuelo, que como de costumbre ya en este país llegó con mucho retraso, fuimos a buscar nuestra nueva humilde morada para los dos próximos días. Tuvimos suerte y pronto pudimos dedicar el tiempo a otras cosas.



Al día siguiente visitamos un lugar llamado Alter do Châo o Caribe amazónico. Después de hacer cola para pillar el bus durante casi una hora, hacer el trayecto de 45 minutos llegamos a Alter, allí nos transportaron en pequeñas embarcaciones hasta la isla donde uno puede disfrutar de calmas playas de arena blanca y degustar deliciosos pescados asados, sin olvidar las caipirinhas, eso nunca!!



Horas y horas disfrutando del sol y de la playa amazónica, quien nos iba a decir que existía algo así en medio de la selva. La verdad es que tuvimos una grata sorpresa!



Al regresar arreglamos todo para irnos en barco hasta Manaus y... dicho y hecho. Al día siguiente ya estábamos en medio del Amazonas, navegando a contracorriente y dispuestos a todo. Inicialmente el trayecto era de dos días, pero como ya es costumbre también aquí, nada dura lo que dicen y llegamos a Manaus casi tres días después de la partida. Tres noches metidos en un barco de carga+pasajeros, toda una odisea. Eso si, con todas las dietas incluías, jejeje. Arroz y carne por un tubo, para comer y para cenar y la última cena, como colofón, todo lo que había sobrado durante el viaje bien trituradito en forma de puchero, vaya lujazo!!! De todas maneras eso no fue lo más preocupante del viaje, no. Hay que reconocer que ir todo el viaje con la misma música a todo volumen puesta en la cubierta por el señor barman supera con creces lo de la comida, jejeje. Vaya tostón que nos dio el hombre con la musiquita. Más de una vez pensamos algún plan para tirarle los altavoces por la borda!!!!!



Al tercer día, por fin llegamos a Manaus, pero eso ya es otra historia.

Sábanas de Maranhenses







Si nos gustaron las dunas, por qué no repetir? Próxima parada: São Luis.

São Luis, además de tener cerca un auténtico paraíso terrenal, ha sido para nosotros la ciudad de encuentro con Rubén (de Santa Coloma), Ronald y Susana (nuestros amigos de Uruguay). Rubén ha venido para acompanharnos hasta que vayamos a Cuba. Con Ronald y Susana sólo pudimos compartir dos días, pero valieron la pena!

Llançois dos Maranhenses es un Parque Nacional realmente espectacular. Después de cuatro horas en furgoneta, llegamos los 7 a un embarcadero donde tomamos un ferry que nos trasladó al otro lado del río. Un pequenho recorrido de 20 minutos en un 4X4 nos dejó en la falda de una inmensa duna de arena blanca. Allí empezó nuestro camino a pie. No tardamos en encontrar auténticos lagos de agua cristalina, como la que llevábamos buscando en todo el viaje! Estábamos en el paraíso??? A nuestro alrededor únicamente se podía divisar dunas y, si andabas entre ellas, encontrabas pequenhos lagos que invitaban a sumergirte en sus aguas. Pasamos la manhana disfrutando del lugar.

Una vez más, Ronald acertó con la propuesta del lugar para encontrarnos y visitarlo juntos. Llançois es un lugar muy especial, que vale la pena visitar. Nosotros, estamos encantados de haberlo hecho! Y mejor aún, si se hace con buena companhía!